La noche del pasado 27 de mayo de 2025 quedará marcada para la historia de la moda: Maria Grazia Chiuri se despidió de Dior tras nueve años al frente de la dirección creativa femenina de la maison.
Su última colección, Dior Cruise 2025, presentada en su natal Roma, fue un acto de amor, un tributo a sus raíces y una declaración poderosa de estética e identidad.
Nueve años de una visión feminista
Desde que Maria Grazia Chiuri asumió como directora creativa de Dior en 2016 (la primera mujer en ocupar ese cargo) su trabajo ha sido una constante exploración de la feminidad, la artesanía y el compromiso social.
En sus colecciones se entrelazan referencias al feminismo contemporáneo, al arte y a la historia del diseño, logrando un delicado equilibrio entre lo conceptual y lo comercial.
Frases como “We Should All Be Feminists”, bordadas en camisetas de algodón blanco, se volvieron virales y marcaron una nueva era en la moda de lujo: una era consciente, discursiva y culturalmente comprometida. Chiuri transformó la silueta de Dior sin traicionar el legado de Christian Dior, incorporando nuevos códigos como los vestidos plisados etéreos, la inspiración en danzas contemporáneas y una conexión fuerte con el trabajo artesanal global.
Durante su gestión, las colaboraciones con artesanos de distintos países y el impulso al savoir-faire local consolidaron a Dior como una plataforma de diálogo entre tradición e innovación.
Roma, la ciudad del adiós y el renacer: la ciudad eterna
Elegir Roma para su último desfile no fue un gesto casual. Nacida en la capital italiana, Chiuri siempre ha mantenido un vínculo personal y emocional con esta ciudad de contrastes históricos y artísticos. Roma es donde todo comenzó para ella, y también donde decidió cerrar este ciclo.
La Villa Albani Torlonia, el escenario neoclásico elegido para esta edición Dior Cruise 2025 es una joya escondida en el corazón de Roma. Este enclave aristocrático del siglo XVIII no es simplemente una locación para pasarelas, sino un símbolo vivo de refinamiento romano, del coleccionismo ilustrado y de la unión entre la moda, la arquitectura y la cultura clásica.
El desfile se celebró al atardecer, en los jardines perfectamente cuidados de la villa, donde las modelos caminaron entre cipreses, estatuas romanas y pérgolas de mármol. Cada rincón del desfile fue cuidadosamente intervenido para respetar el alma del espacio.
Roma representó no solo la cuna de Chiuri, sino también una metáfora de su legado: una ciudad eterna que resiste el tiempo, al igual que las ideas que ella ha sembrado en Dior.
Dior Cruise 2025: un desfile de diosas contemporáneas
La colección Cruise 2025 fue una síntesis brillante de todo lo que Maria Grazia Chiuri cultivó en Dior. Con un total de 90 looks, la propuesta combinó influencias de la vestimenta clásica romana con la estética contemporánea de la maison. Vestidos drapeados al estilo greco-romano, túnicas con bordados dorados, sandalias gladiadoras reinterpretadas y capas de gasa evocaron la estampa de una mujer mitológica, fuerte y etérea a la vez.
También hubo guiños al cine neorrealista y a la moda romana de los años 50, con faldas amplias, cinturones marcados y blusas estructuradas. En definitiva, Chiuri celebró su herencia cultural y estética, y rindió homenaje tanto a la mujer italiana como a la universalidad de lo femenino.
Una despedida con futuro
El desfile cerró con una ovación de pie y un abrazo colectivo de la industria hacia una diseñadora que cambió el modo en que las casas de moda abordan la feminidad, la inclusión y la responsabilidad cultural.
Aunque se desconoce en estos momentos, quién tomará su relevo en Dior, lo cierto es que Maria Grazia Chiuri deja una huella indeleble. Su despedida no fue un adiós cualquiera: fue un manifiesto final con la grandeza de Roma, la ciudad eterna de telón, y con cada puntada de su última colección como carta de amor a la moda, a las mujeres y al arte de contar historias con telas.
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